Escrito por: Dra. Hecmarie Nieves-Cartagena, Ph.D.
El trauma es aquella experiencia que consideramos como difícil de enfrentar en la vida. Una situación difícil puede ser una ruptura amorosa, infidelidad, muerte de una persona importante en tu vida, ser testigo de una muerte violenta, testigo de un homicidio, evento atmosférico (huracán, terremoto, etc.), guerra, negligencia, abuso sexual, abuso emocional, abuso espiritual o relacional entre otros. En ocasiones las personas que experimentan experiencias como estas, pueden desarrollar las capacidades para enfrentar la situación adversa. Sin embargo no todas las personas logran reponerse de la misma forma. Los procesos de sanación toman tiempo y depende de cada persona. No todas las personas que enfrentan situaciones difíciles en la vida desarrollan un Desorden de Estrés Post-Traumático (PTSD por sus siglas en Inglés).
De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquíatras (2013) un Desorden de Estrés Post-Traumático (PTSD) las personas pueden sentir los siguientes síntomas: exponerse de forma directa una experiencia difícil, memorias o sueños estresantes del evento, reacciones disociativas (volver a experimentar la experiencia difícil y la persona se siente que esta viviendo en su presente la situación), se evita las memorias, pesadillas, pensamientos, emociones, y recuerdos físicos que desencadenan dichas experiencias (personas, lugares, actividades, objetos, situaciones). En ocasiones no se recuerda la experiencia traumática, pensamientos de culpa, pueden aparecer emociones intensas como coraje, miedo, horror, y vergüenza, falta de interés en las actividades diarias, e inhabilidad para expresar emociones positivas. También, se puede presentar conductas de irritabilidad, conductas auto-destructivas (consumo de drogas, sexo sin protección, guiar en exceso de velocidad, etc.), hipervigilancia, problemas de concentración, y dificultad para dormir.
Vivir experiencias de trauma generan una memoria emocional, física, mental, relacional y espiritual. Las experiencias difíciles también impactan nuestro cerebro particularmente la Amígdala donde están nuestras emociones primarias y el Hipocampo donde se almacenan las memorias. En ocasiones el cerebro se apaga, para sobrevivir la experiencia difícil por lo que hablar del trauma puede costarnos trabajo. Así que, se lo más amable que puedas contigo por que tu cerebro y tu cuerpo están también manejando la situación del trauma.
Muchas personas que viven esta experiencia tienden a deprimirse y experimentar ansiedad. Es importante reconocer si alguno de estos síntomas lo has experimentado para que puedas ayudarte a ti mismo. Al vivir experiencias que te marcan, es vital reconocer que esto te ocurrió y buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Actualmente, existen tratamientos psicológicos especializados para manejar este tipo de situaciones, y es vital identificar el que te funcione a ti.
A continuación, algunos pasos a seguir para manejar el trauma:
¿Cómo manejo mis experiencias difíciles?
1. Reconocer que necesito ayuda:
a. El primer paso para liberarte de tu dolor emocional
b. No significa que estas defectuoso o hay algo mal en ti
c. Tomando acción para tu proceso de sanación
2. Buscar ayuda de un profesional de la salud mental:
a. Evaluación psicológica
b. Evaluación psiquiátrica
3. Auto-cuidado:
a. Iniciar actividades para cuidar tu mente y cuerpo
b. Crear un plan de ejercicio
c. Tomar la decisión de comer saludable
d. Establecer una rutina de sueño
e. Formalizar un calendario de actividades agradables y seguras
4. Establecer un grupo de apoyo a través de:
a. Familiares
b. Amistades
c. Compañeros de trabajo
d. Tu comunidad
